El coaching se centra en el individuo, pero trae beneficios también para la organización. Beneficios como la atracción y desarrollo de talento, aumentos en la productividad y mayor satisfacción en el trabajo.
Las personas que han conseguido grandes logros y han inspirado a otros a alcanzar logros superiores son los candidatos principales para el coaching de liderazgo. Las organizaciones deben invertir en estas personas ya que el coaching de liderazgo ayuda a:
• Que las organizaciones crezcan y expandan su equipo de liderazgo.
• Que los líderes obtengan una ventaja en el auto-marketing y branding.
• Expandir y mejorar las habilidades de los trabajadores.
El coaching se ha aplicado en todos los sectores (empresas, educación, sanidad, administración pública, etc.), pero es en el ámbito de la empresa en el que más se ha utilizado. Integra lo más valioso de disciplinas tales como la psicología, filosofía, pedagogía y la administración de empresas, entre otras corrientes y paradigmas, motivo por el que se ha afirmado que se trata de una metodología utilizada desde hace mucho tiempo. El valor del coaching se encuentra precisamente en su carácter integrador y sintético, así como en el hecho de rescatar al sujeto como agente principal de su propio cambio y transformación.
El coaching asume del conductismo la importancia dada al condicionamiento y al modelado en el aprendizaje de hábitos (cognitivos, conativos, emocionales, etc.). El profesional del coaching, conoce estos principios, mecanismos y los utilizará para disolver ciertos condicionamientos y para lograr ciertos automatismos.
Los profesionales de coaching consiguen identificar los patrones culturales de las sociedades, las organizaciones que el sujeto integra y a las que debe adaptarse, y le orienta para que esos asuntos se gestionen inteligentemente. Las habilidades sociales, la comunicación o la empatía.
Cuando en una posición de liderazgo tenemos metas y objetivos claros, será más sencillo establecer indicadores que nos permitan conocer si estamos moviéndonos en el camino correcto, y así tendremos una herramienta objetiva para medir el rendimiento grupal e individual de nuestro equipo, facilitando también las evaluaciones de desempeño y la toma de acciones correctivas, las cuales pueden incluir capacitaciones, sesiones de coaching, mentoring o, en casos extremos, desvinculaciones del personal a cargo.
El liderazgo y el coaching guardan una relación estrecha y se vinculan a través del uso del proceso y las herramientas de coaching integrativo como base para ejercer un mejor liderazgo basado en la confianza y potenciamiento de las habilidades del equipo del cual somos responsables como líderes.